Éstos, puesto que, no pueden ser cualquier cosa
Su educación, experiencia y discreción la transforman en una acompañante ideal. Y sus dotes como amante la hacen única y especial.
Cosas sólo para mayores
Su educación, experiencia y discreción la transforman en una acompañante ideal. Y sus dotes como amante la hacen única y especial.
Se arrodilla en cama, mientras ella tiene las dos piernas apoyadas en uno de sus hombros. Desde esta posición inicial, es libre de maniobrar sus piernas de lado a lado mientras que la penetra. El movimiento constante crea todo tipo de ángulos y sensaciones interesantes para ambos compañeros.
Este taller va a enseñar al asistente a abrazar al cuerpo de su pareja por medio de estas ataduras eróticas. Los instructores han sido enseñados por Kamijoo Saki, profesora japonesa de cuerdas especializada. El costo va desde los € 60 pesos (sin material) y está abierto a todo planeta.
Si la parte sumisa ofende a la parte dominante de alguna forma, aquella aceptará someterse a cualquier castigo que ésta considere precisa. Las penas impuestas siempre y en toda circunstancia serán penas correctivas destinadas a reeducar a la parte sumisa, jamás podrán ser fruto de la cólera de la parte dominante.
Hay formas de sentirse más cómodo. Sí, hablar contigo mismo y decir cosas una y otra vez hasta el momento en que realmente hayas descubierto lo que te gusta es genial, mas es solo una cosa. Procura hablar contigo mismo en el espejo.
La sexualidad se define como el conjunto de condiciones anatómicas, fisiológicas y sicológicas que caracterizan la función sexual de los animales, entre los que se cuentan los humanos y algunas especies de plantas2.
Te puedo percibir de lunes a sábado entre las 11 y las 21 horas. Si quieres que nos veamos en otros horarios, llámame con cierta antelación y concertamos una cita. Eso sí: comunícate preferiblemente conmigo mediante el WhatsApp. No tardaré en responderte.
Coges un bolígrafo que te recomiendo que lleves siempre encima, aunque sea modelo mini y lo ubicas en situación para redactar sobre su brazo. Ahora préstame atención, le dices, y distraes su atención de nuevo.
No te propongas por qué debe estar hecha la cama, o la haces, o la dejas libre de trastos a fin de que tu mujer pueda hacerla, mas no compliques la labor, ni te interpongas cuando esté haciéndola. Tampoco procures persuadirla de que no es preciso.
¿Estás sentado en el sofá esperando que Cupido te atraviese con su flecha? ¿Crees que enamorarse es algo involuntario sobre lo que no tienes ningún poder de decisión? Pues creo que no vas por buen camino.